martes, 4 de agosto de 2015

Cómo conseguir que te despidan de tu trabajo

Es de lo más común. No importa cuántas horas extras trabajes ni lo bien que realices tu labor. En tu oficina te tienen el ojo encima y no te dejarán ascender más allá del puesto en el que te encuentras.
Pareces un esclavo que siempre resuelve todos los problemas que se presentan, pero nunca recibe el mérito que merece. Lo peor es que a tu jefe le acaban de aumentar el sueldo por la "excelente" labor que realiza en el departamento.

Te encuentras frustrado. Ya no te importa si el trabajo para hoy sale a tiempo o si al estúpido de tu patrón le da la gana de irse de vacaciones y apilarte todas las carpetas que tiene de trabajo urgente por realizar. ¡Ya basta! ¡Estás hasta los huevos! Es hora de sacar de tu cerebro todas las ideas más oscuras y sangrientas que poseas sobre métodos de tortura y llevarlas a cabo para conseguir tu venganza. Aquí te van algunos consejos para que soluciones pronto tu situación laboral y, además, obteniendo el dinero que te mereces por tu anhelado despido.


Terrorismo a baja escala

En primer lugar, debes reconocer el terreno. Mira a tu alrededor y encontrarás miles de lugares adecuados donde conseguir material para elaborar tu estrategia preliminar. Lo mejor que puedes realizar son pequeñas maniobras de ataque inofensivas pero que, de seguro, conseguirán que tu jefe se harte de ti y sea él quien te despida. De esta manera tú aseguras tu lana de la liquidación.

Una estupenda acción es partir una llave en la cerradura de su oficina para que el muy bruto no pueda entrar a ella. Si no consigues una llave que le entre puedes usar también palillos mondadientes, un fósforo o cerillo, o hasta pequeños pedacitos de papel que puedes insertar para que hagan tope y la llave nunca llegue al fondo. 

Esto hará que la cerradura no abra ni cierre. También puedes tapar el inodoro. La forma más sencilla e infalible es con una naranja, o toronja grande. Son casi del tamaño perfecto de la mayoría de los retretes, y si puedes envolverla en una bolsa plástica y empujarla será más efectivo. Ya verás. Nadie la sacará si no es con herramientas especiales. Trata de que el baño que averíes sea el que él frecuente. Luego, preséntate ante él y di que tú lo hiciste porque eres demasiado inútil. Con eso bastará.

Otra buena acción terrorista consiste en apestar toda su oficina. Lo que necesitas hacer es aprovechar el sistema central de aire acondicionado. Puedes ir a comprar a una tienda de bromas un "pedo químico" o puedes crear un líquido realmente apestoso con huevos podrídos y comida vieja. Encuentra el ventilador principal y rocía, o tira en el conducto, todo lo que puedas que apeste. Si es un líquido bajará y se impregnará por las paredes del conducto. Tardarán días en saber de dónde proviene el olor y otros tantos en solucionarlo. Cuando te pidan ayuda di que no puedes porque estás muy ocupado. Tu jefe se sentirá tan indignado que tendrá que despedirte.

Terrorismo Profesional

Si simplemente no puedes soportar su presencia y ya tienes ordenadas todas las cosas de tu escritorio para marcharte, debes entrar al campo profesional. He de advertirte que muchas de estas acciones te pueden crear un enemigo de por vida y ocasionarán tu despido inmediato. Pero, después de todo, te encontrarás fuera de esa horrible prisión que equivocadamente llamas trabajo. Mucho mejor si ya tienes o has realizado una entrevista con oportunidades para entrar en otra compañía.

Una de las mejores maneras de comenzar es atacando directamente al enemigo. Si sabes dónde tu jefe estaciona su vehículo tienes una infinita gama de posibilidades. Por ejemplo, si quieres que éste no encienda le puedes tapar el escape. Lo único que tienes que hacer es insertar una o dos patatas, o bien uno o dos plátanos grandes u otro material que obstruya el tubo de escape. La idea es taparlo bien para que no salgan los gases y evitar que prenda.

Otra forma más ácida de chingarlo es colocar, con una pequeña cucharita, algo de excremento debajo de la manilla de la puerta del piloto. Cuando tu enemigo llegue a abrir la puerta se llevará una desagradable sorpresa. También puedes abrirle el tanque de la gasolina y añadirle algo de azúcar o bien dos coca colas. En pocos días el motor se pega, se sobrecalienta, se tapan los inyectores y hay que hacerle un tune up mayor para que recupere su estado original.


Si de ninguna de las maneras anteriores has logrado que tu jefe te redacte la carta de despido, comienza a preocuparte. Seguramente ha de tener alguna tendencia extraña que lo atraiga inevitablemente hacia ti. De lo contrario, ¡felicitaciones!, ya te puedes conseguir un trabajo en el que realmente la gente valore tus esfuerzos y puedas avanzar sin ningún imbécil que te impida conseguir todas tus aspiraciones.

Otras maneras alternativas de lograr un despido remunerado

  • No te cepilles durante una semana y dale un apasionado beso sin importar su sexo. Luego puedes acusarlo de acoso sexual.
  • Intenta escribiendo un libro en tu lugar de trabajo. Busca un título interesante y científico como La conquista del mamut o¿Por qué los neutrones? Cuando él te pregunte por qué no estás cortando el tocino que te pidió hace días días, dile que tu investigación es más importante para la humanidad. Te va a gritar y a romper las hojas de tu arduo trabajo (sólo una debe estar llena, lo demás lo completas con garabatos). Puedes demandarlo después si quieres.
  • Hazte pasar por gay y tócale su aguado trasero cada vez que pase a tu lado a reclamarte algo. Cuando te despida por irresponsable puedes alegar que fue todo un complot discriminatorio. Los gays siempre ganan en estos casos.